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El apertura, autor de todos los puntos en el triunfo ante los All Blacks, le había contado a Olé que tenía “una espina clavada” por el baldazo de agua fría que sufrió en el Mundial de Japón: “Pensé que se había terminado mi era como jugador de Los Pumas…”Dejar un legado. Trascender. Hacer historia. Ir por lo imposible. Los Pumas vivieron una tarde de Sidney -madrugada de Argentina- que difícilmente olviden: por la primera fecha del Tri Nations, el seleccionado argentino le ganó por primera vez a los All Blacks (25 a 15), mega potencia del deporte y un equipo prácticamente imbatible. El mejor resultado hasta el momento, por caso, había sido un empate en 1985. 35 años después, y una revolución mediante, la victoria llegó. Mucho responsabilidad le corresponde a Nicolás Sánchez. En el Western Sydney Stadium volvió a brillar y vivió, indudablemente, su mejor partido como Puma. Pero no todo resultó sencillo para el apertura nacido hace 32 años en San Miguel de Tucumán: su revancha llega 14 meses después del que describió como “el momento más duro” de su carrera. Un día en la cresta de la ola, otro en el fondo del mar. Nicolás Sánchez era el mejor jugador de Los Pumas, tanto que el Stade Francais se lo llevó en el 2018, año en el que el tucumano ganó el Olimpia de Plata, igual que en el 2015 luego de haber sido clave de Los Pumas, cuartos en el Mundial de Inglaterra. Tanto brillaba Nico que en enero del 2019 figuró en una publicación como el noveno mejor jugador pago del mundo…

Llegó el Mundial de Japón. El apertura, al jugar en París, se había perdido la campaña de Jaguares, que con Gonzalo Quesada al mando salieron sub campeones del Super Rugby. A partir de que el Cachorro regresó con sus ex compañeros, pero ahora en Los Pumas dirigidos por Mario Ledesma, comenzó su caída. La competencia con Benjamín Urdapilleta -otro “francés”, del Castres- pareció no potenciar a ninguno de los dos. Mucho menos a Nico, que nunca terminó de integrarse a un equipo que antes había de memoria.

Nico Sánchez vuela y apoya uno de los tries contra los All Blacks.

Debutó ante Francia como titular, pero el equipo trastabilló. Y ante Inglaterra llegaría el mazazo: el entrenador Ledesma lo sacó del equipo titular y, además, lo dejó afuera del banco de suplentes. De la nada a la gloria, pero al revés. “Nunca me sentí cómodo, como sí me había sentido en la temporada anterior. El sistema lo tenía y sabía cómo jugaba el equipo, sabía cómo hacer para que el equipo jugara, pero en ningún momento me sentí así. Creo que algo pasó, y el Mundial fue un baldazo de agua fría para todos. Fue el momento más duro de mi carrera, sin dudas. Fue algo que me golpeó muy fuerte”,le reveló a Olé en una entrevista publicada el 15 de abril pasado.

Tengo una deuda pendiente de que no fue aquel el Nico que yo quería mostrar, el de tratar de pelearla siempre. Y es un sentimiento que todavía llevo adentro: tengo una espina clavada”, confesó en aquel entonces. Y la espina desapareció a fuerza de penales y tries. Hoy, ya con el sabor dulce de la victoria, infló el pecho de orgullo: “Yo estoy convencido de que la adversidad hace fuerte a los equipos y en nuestra cabeza hoy solo tiene que ser seguir creciendo”.

“Cuando terminó el Mundial pensé que se me había terminado mi carrera en Los Pumas. No creía volver a tener esta oportunidad, estar en este estadio con todos los chicos y viviendo lo que vivimos hoy”, concluyó el héroe de Los Pumas. Bah, el héroe de Argentina.