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“La fiebre es muy alta y constante, en consecuencia, todo el tiempo se está perdiendo agua”, explicó la nutricionista Emilse Sudría.

El dengue genera alteraciones en el cuerpo que implican la debilitación por deficiente incorporación de alimentos, recomendando los profesionales de la nutrición “la ingesta de agua y de alimentos que ayuden a mitigar los efectos del cuadro”.

En el transitar por el período de la enfermedad transmitida por el aedes aegypti, “es muy importante el agua”. La hidratación es fundamental “porque la fiebre es muy alta y constante, en consecuencia todo el tiempo se está perdiendo agua”.

En el período de la enfermedad “el agua es un insumo muy necesario y no debe faltar. Es muy importante que la persona que está bien, y en el hogar del afectado oficia de cuidador, esté atento a la botellita de agua porque el enfermo muchas veces no se da cuenta que no está hidratándose”, recomienda la licenciada en nutrición Emilse Sudría, que fue ese paciente que padeció el dengue y la pasó mal.

“Por la noche, si nos despertamos, debemos también hidratarnos. Y, aunque con el dengue sentimos que todo tiene un sabor amargo, no queremos tomar nada, tenemos que hacerlo”, recalca la profesional de la nutrición.

El “amargor” se sugiere disimularlo adicionando al agua un poco de jugo exprimido de naranja o de limón, “siempre de fruta fresca”.

“Se puede incorporar alguna bebida isotónica, medio litro por día y diluída en agua, teniendo la precaución de seleccionar las que son sin azúcar en el caso de personas con diabetes”, agrega Emilse Sudría.

ALIMENTARSE ADECUADAMENTE

La alimentación es indispensable, “aunque el estado de malestar quita el hambre y debilita”. Los que padecieron la enfermedad, entienden que es muy importante la alimentación y la que se recomienda es la que se denomina hepatoprotectora, porque las enzimas del hígado están alteradas.

“Si se tiene un buen apetito, para recuperarnos mejor no es bueno comer cualquier cosa, siendo aconsejable seguir una dieta de cuatro comidas”, menciona la nutricionita de Región Sanitaria VII.

La dieta mencionada por la profesional sugiere “el consumo de lácteos, preferentemente descremados, acompañado con tostadas o galletitas bajas en tenor graso.

Las frutas a la mediamañana son recomendables y pueden ser consumidas en compota si se tienen naúseas o malestar, sumando verduras en el almuerzo y la cena, todos alimentos para recuperar la vitamina C que es la defensa que necesitamos para recuperarnos”, resume.

Las frutas y verduras deben ser las de estación, que son las que tienen precios más accesibles. Además estas frutas y verduras son importantes por sus “vitaminas y minerales”.

NUTRIR EL CUERPO

En la ingesta de las verduras, si el organismo lo tolera, “es preferente que se las consuma crudas”. En el caso de resistencia a esa opción, “se las debe cocinar a partir de agua que ya está hirviendo y con la olla tapada”. El agua que queda de la cocción “no se la descarta, ya que puede ser utilizada para hervir arroz o fideos, porque en ese líquido están las vitaminas de las verduras”.

Las carnes es sugerencia sean incorporadas en las comidas, tratando de consumir blancas o rojas, “porque las proteínas, el zinc y la vitamina B12 que contienen las carnes nos ayudan a recomponernos”. Las legumbres son aliados también de la buena alimentación, “pero en este caso, si se está con malestar, es mejor evitarlas porque hacen trabajar mucho al hígado. Si la descompostura no es un problema, entonces incorporarlas es una excelente opción”, aclara la licenciada Sudría.

“Lo que debe evitarse es todo lo ultraprocesado, los productos que tengan los logos de los octógonos y, en consecuencia, tratar de que sea una alimentación lo más natural y casera posible”, remarca la nutricionista de Salud Pública.

Las recomendaciones sobre la alimentación tienen una última sugerencia: “Respetar el reposo y tomarlo con calma, porque cuando creemos que nos sentimos mejor queremos volver a la rutina y resulta que terminamos con una recaída”.

Fuente:diarionorte.com