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Antes de que el astro argentino se consagrara campeón del mundo con la selección argentina en México 86, su por entonces mánager hizo lo imposible para cumplir con este inesperado pedido.

Diego Maradona ya era un ídolo del fútbol mundial antes de levantar la Copa del Mundo de la FIFA en México 1986. Pero después de dicha consagración, su reconocimiento se hizo eterno. En Nápoles, la historia fue similar. Una vez que llegó como el mejor jugador del planeta, el histórico número 10 lideró al equipo del Sur de Italia a ganar dos Scudettos, dos títulos locales más y la por entonces denominada Copa UEFA.

Excéntrico, a Diego siempre se le conoció sus gustos particulares por los automóviles. Desde su primer 0KM –un Fiat 128– o un Porsche usado, hasta un Mercedes-Benz 500 SLC rojo que le regalaron los fanáticos de Argentinos Juniors cuando se despidió del club de La Paternal para ponerse la azul y oro de Boca. Una vez que llegó a territorio italiano, Maradona adquirió la famosa Ferrari Testarossa. Pero antes de despedirse de Nápoles para irse a disputar el Mundial 86, Pelusa le dejó un recado a su histórico mánager.

“¿Negra? ¡No existe de color negra! ¡Mis Ferraris no pueden ser de un color que no sea rojo!”, le dijo Enzo a Coppola, que luego de unos segundos de analizar el pedido, encontró la solución. Envío la nueva Testarossa a Nápoles y le encargó a Pepe, el mejor pintor de autos de la ciudad, que cumpliera con la expresa solicitud de Maradona.

Al poco tiempo, ya con Diego consagrado como el mejor del mundo después del gol a los ingleses y tras el triunfo de la Argentina en la final ante la Alemania de Franz Beckenbauer, el propio Coppola regresó a Italia unos días antes que lo hiciera Maradona y su familia. En la previa a que el futbolista aterrizara en el aeropuerto de Nápoles, su apoderado instaló la flamante Ferrari negra en la pista para que el nuevo auto sea lo primero que Diego vea al bajarse del avión privado.

¿Cuánto terminó pagando el presidente por la Testarossa de color negro? “’¿Cuánto cuesta?’, me dijo Ferlaino. ’870 mil’, le dije. ‘La pagaré por una cuestión de honor’”. Ahí fue cuando, después de intentar sellar el acuerdo, finalmente el mánager y el capo del Nápoli se dieron la mano pero no por la suma inicial. Cóppola le terminó cobrando otros 130.000 dólares por el trabajo de pintura que le hicieron a la Ferrari, según él mismo relató.

Ya con la Ferrari en su poder, Diego invitó a Coppola a subirse. “¡Qué buena, Guille! Ferrari negra. Tapizado blanco. Todo como querías, Diego. La pagué 470 (mil dólares) y se la cobré un palo (1 millón de dólares)”, contó su representante. ¿Qué le respondió Maradona? “Comprate una”, le contestó el número 10 de Argentina. “No, si ya tengo la otra”, respondió Guille.

Acto seguido, ofuscado por no tener las prestaciones que él se imaginaba en su nueva Ferrari, Diego respondió como Maradona. “¿Ah, es de carrera? ¡Ferlaino, usted y Coppola se pueden meter esta Ferrari en el…”, contestó el 10. Según el propio ex mánager, al día siguiente al nuevo auto se le instalaron todos los cambios que había pedido el por entonces mejor futbolista del planeta. Con el correr del tiempo, aquella joya del mundo Ferrari quedó en manos de un coleccionista español de autos de alta gama hasta que en 2014 la vendió por una suma cercana a los 250 mil euros.

Según cuenta la leyenda, el reconocido actor de Hollywood Sylvester Stallone también tuvo en su poder una Ferrari de color negro. Otro que se acopló al pedido del hombre que encarnó al famoso personaje de Rocky Balboa fue Michael Jordan, el legendario basquetbolista de los Chicago Bulls que ganó seis anillos de la NBA. ¿Hay más? Otro que tuvo en su poder este exclusivo modelo fue el ya desaparecido Michael Jackson.